El espacio recibe a personas de todas las edades, desde niños de 5 años hasta adultos mayores de más de 80, quienes encuentran allí apoyo, escucha y un entorno de recuperación. “Aquí viene gente que necesita salir de un infierno, sanar su alma y recibir un abrazo. Van a seguir siendo recibidos en el Oasis”, destacaron desde la coordinación.
Aunque el año administrativo esté llegando a su fin, el servicio no se detiene. “Las drogas no se toman vacaciones, por eso el Oasis continúa trabajando durante todo el verano. No paramos en la pandemia y menos vamos a detenernos en las vacaciones”, señalaron.



